miércoles, 17 de octubre de 2012

POBRES VÍNCULOS


         

            Me gustaría compartir este artículo de El País por varios motivos, porque me lo recomendaron a mí, porque está de actualidad con relación a los temas que toca y porque de algún modo guarda relación con la idea de hipertexto y documentación, o quizá no, eso depende de cómo nos posicionemos frente al concepto de hipertexto.
            Para explicar un poco más la noción de hipertexto, como yo la entiendo, tendría que contradecir ligeramente el artículo firmado por Carlos Moreno Hernández.  El concepto de hipertexto, acuñado por Ted Nelson en 1963 tuvo un momento en la historia reciente en la que fue nuevo. Pero como tenemos la mala costumbre de tener memoria y utilizar los conceptos con carácter retroactivo se renombró un viejo hábito del ser humano innovar, improvisar.
Curiosamente 1963 es también el año de publicación de Rayuela y es posible que Cortázar no fuera del todo consciente de estar escribiendo su novela  como un hipertexto pero después, la teoría de la literatura decidió categorizarlo como tal. Cortázar experimentaba, al igual que Italo Calvino con su El castillo de los destinos cruzados  o como mucho antes hizo Borges en 1941 con El jardín de los senderos que se bifurcan. Puede parecer banal mencionar estas novelas experimentales pero entre tanto cruce y bifurcación nos llevan a un concepto crucial: enlace cuyos significados nos remiten a la idea de unir, enlazar. Eso es la función de los enlaces en internet. Una acepción un tanto olvidada de enlace nos remite a los viajes. Enlace era punto de un recorrido dado en que los viajeros debían cambiar de vehículo o medio de transporte. En este caso podemos cambiar o no de página pero la “ruta” de todos modos, está prefijada por alguien.
Etimológicamente proviene del latín (in- + laqueus< de laqueus (lazo, trampa)) Link ya es una historia diferente pero mantiene la idea de cruce, articulación del alemán Gelenk.
            De un modo similar los actuales buscadores funcionan a modo de archivo bibliográfico, de índice donde buscamos una información determinada, solo que Google y otros similares se supone que nos han hecho la vida más fácil. Mentira, lo que nos han hecho es la búsqueda más rápida, más acotada, pero sólo si queremos, es una posibilidad que podemos desechar, igual que entrar en una biblioteca, aunque una diferencia sustancial es que en estos tiempos casi resulta una obligación de protocolo entrar en esa gran biblioteca hipertextual que es la web. Y ahora aún por encima hacer vida social en ella.
Quizás Derrida, con su deliciosa provocación estaba en lo cierto y “no hay fuera del texto” sólo que a día de hoy parece que no hay fuera del hipertexto. Todos formamos parte de esa gran lectura colectiva en la que leemos y somos leídos. Lo de Derrida claro está era una forma de desafío dialéctico, posiblemente pronunciada con la intención de despertar a los académicos de la teoría literaria y de paso dejar su huella en la historia de la crítica literaria con una frase cargada de pirotecnia y artificio, algo que sin duda consiguió. Pero en teoría, y en las teorías, Internet, la red de redes, es otra cosa, de ahí que leyendo una de las citas del artículo de Carlos Moreno las ideas del Deconstruccionismo aparecen a la inversa, como si la creación de textos en internet fuese un campo abonado a la construcción ilimitada en múltiples ámbitos. Construcción teórica, terminológica, creación de nuevos métodos y técnicas de análisis. Alguien vendrá para deconstruirlo en un futuro.
            Pero dije que iba a hablar del artículo de Milagros Pérez Oliva “Culpables de ser pobres” como un posible ejemplo de hipertexto pero también como un exponente de hipertexto mejorable porque aquí leemos todos pero en el fondo, como señaló una compañera, autores son unos pocos y nos dirigen por donde quieren que vayamos.
            Después de una primera lectura, una, que no sabe donde tiene la derecha ni la izquierda, no sabe con qué mano digerirlo exactamente. La autora no termina de posicionarse y las citas de Montserrat Ribas nos despistan hasta que se encuentra cierta luz.  Así que con las dos manos nos metemos de lleno en el texto. Al margen de valoraciones subjetivas acerca del valor del reportaje todos los enlaces nos conducen a otras noticias del país salvo dos donde nos dirige a la página principal de la universidad Pompeu Fabra y a la fundación EXIT.
            Pero las ideas de este texto no son del todo nuevas así que podemos intentar abrir un poco el texto y convertirlo en un hipertexto mejor. La idea de “crisis como una catástrofe natural” o el capitalismo del desastre no es un concepto tan novedoso como podemos leer en el siguiente enlace http://www.naomiklein.org/shock-doctrine/reviews/profiting-disaster-capitalism con lo cual se abriría una dimensión completamente nueva de la noticia. Es un ejemplo muy simple pero como este encontramos más, todos los días en cualquier página cuya ausencia de relaciones desconocemos si es deliberada o puro desconocimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario